Notificaciones

Antonio


La criatura contemplaba la negrura del espacio a través de la membrana transparente de la gigantesca bionave. El resto de la flota había llegado hacía pocas horas y ya todo estaba listo al fin para dar el siguiente paso en el plan diseñado por la mente enjambre.

La fuerza inicial enviada a este sistema planetario no había sido suficientemente poderosa para acabar con la resistencia encontrada en el quinto planeta, resistencia que demostró ser más feroz de lo esperado. Pero su raza sabía adaptarse mejor que ninguna otra que hubieran encontrado en la galaxia y con los conocimientos adquiridos a través de esas batallas, la mente enjambre diseñó un nuevo plan y el resto de la flota siguió los mismos pasos hasta llegar al sistema que el Imperio de la humanidad conocía como Ispaal.

La criatura se encaminó al centro de la sala, donde millones de diminutas bioformas especializadas en el manejo de la información recibida, se desplazaron hasta formar un complejo y detallado mapa del sistema y la situación actual en los distintos planetas que habían sido objetivo en la primera oleada. La información recopilada por la fuerza expedicionaria había demostrado ser de un valor incalculable y nada parecía capaz de detener al enjambre … hasta que apareció el enemigo de negra armadura. Tomadas por sorpresa, las fuerzas destacadas en el primer planeta fueron derrotadas tras una ardua lucha cuando el planeta ya parecía listo para comenzar su asimilación. No obstante, a pesar de este contratiempo, la mente enjambre de nuevo se adaptó al enemigo y ya había conseguido encontrar la forma de derrotar a esta nueva amenaza.

Contemplando el mapa, la criatura vislumbró un nuevo punto débil en la red de defensas enemiga y rápidamente un nuevo plan se formó en su prodigiosa mente. No era un plan fácil de llevar a cabo y requería de una gran cantidad de recursos para conseguir que funcionara, pero ahora que el resto de las fuerzas a su disposición habían llegado, su viabilidad estaba fuera de toda duda y su éxito garantizaría el exterminio de toda oposición en el séptimo planeta. De nuevo examinó el plan, lo sometió a distintos imprevistos que podían darse y comprobó que aún en esos casos, el éxito era la opción más probable.

Satisfecho con el resultado, envió telepáticamente las órdenes necesarias para ponerlo en marcha. Casi instantáneamente, dos de las más formidables bionaves de combate acompañadas de decenas de naves de combate más pequeñas y de centenares de transportes pusieron rumbo al séptimo planeta y su cinturón de satélites.

La criatura, que un experto imperial en bioformas tiránidas habría catalogado como tirano de enjambre, se permitió tensar sus labios, enseñando hileras de afilados dientes en un remedo de sonrisa.

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